La semana pasada, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil se involucraron en un tira y afloja sobre políticas clave, incluida la despenalización del cannabis y el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y la demarcación de tierras indígenas. Por un lado, los legisladores creen que la Corte Suprema ha interferido con el papel legislativo del Congreso. Por otro lado, los jueces de la Corte Suprema consideraron que la institución debería intervenir para llenar un vacío legislativo dejado por los legisladores en temas clave.
La disidencia no representa una crisis institucional, como afirman muchos expertos. En una democracia donde la separación de poderes guía el comportamiento de los actores, es natural que la Corte Suprema controle el poder del Congreso, y viceversa.
Lo que este episodio nos dice sobre la democracia brasileña es que las preferencias del Congreso sobre la legislación se han vuelto más fuertes. Como ya he argumentado en El informe de Brasil, el Congreso de Brasil se fortaleció. Debido a esto, los enfrentamientos contra el poder ejecutivo y el poder judicial serán cada vez más frecuentes.
Comprender las controversias actuales
Esta última disputa se inició la semana pasada después de que la Corte Suprema rechazara el llamado «argumento del marco temporal». Es una proposición legal que los pueblos indígenas tienen derecho a ocupar…